miércoles, 10 de septiembre de 2008

procesión por proyecto de constitución

Guayaquil - Ecuador (10 de septiembre/08)

sábado, 6 de septiembre de 2008

"todo arde si le aplicas la chispa adecuada"

"los restos del naufragio...


...quedaron esparcidos"

jueves, 4 de septiembre de 2008

Tango con su madre muerta

Porque hoy despertó queriendo escupir más lejos. ¡Tonto de mierda!. Pasó muchísimos días re pensando en cómo sería la mejor forma de hacerlo, esperó horas para que sea el momento de atacar al viento. Estudió cada minuto el giro de las oleadas, claro también del oleaje.
Esperó el día adecuado en el que yo dijera lo impreciso para echármelo todo en el rostro, que para estos casos se ha venido preparando desde hacia siglos... hablo de mi rostro, sí él era el que se preparaba hacia siglos para no sentir el pegajoso resbaladizo ataque de un mero citadino de barrio, de pantaloneta, gorra, zapatos nike blancos por supuesto...
Pero no, no era el que yo creí. Hablo de quien me escupiría, ni siquiera me atinó. Y lo que es peor de la cita con la paranoia, ni tuvo intención de hacerlo (contra mí).
Porque hoy despertó queriendo escupir más lejos es esto; sí, hablo de lo escrito. Se sentó desde muy temprano por la mañana con todos sus escritos. Él los llama "estudios, investigaciones, documentos" blablabla, para mí son meras hojas que sólo un trozo de baba acabaría con ese tiempo en el que analizó los dilemas de la vida y las segregaciones.
Él, sentadazo frente a un pilo de hojas que ya las tenía resumidas en la palma de la mano, en vez de echarse a escupir y escupir y escupir, me llamó para que le sirva vasos con agua, ubique bien unos periódicos que tenía regados en el piso (de los que ya me tenía harta, por supuesto), para ir a comer algo por ahí (el primer lugar que le apeteciera y que yo aprobara), fumarse un par de cigarrillos, tipear unas cuantas cosas, escucharme susurrarle y descansar sentadazo sobre la misma silla en la que había estado desde que amaneció.
Recién pasadas las 22:36, empezó a inclinar su cabeza hacia los periódicos que tenía -hacia varios días- regados alrededor del comedor. La movía hacia abajo, hacia arriba, rápido y lento, medía las distancias y con el rabo de los ojos copiaba sus pensamientos en más hojas amarillas pequeñitas. Hasta que pasadas las 23:00 empezó a probar con distintos espesores, pasaban los minutos... Empezó a mirarme con un ojo a pesar de tener la cabeza agachada, y con el otro miraba fijo esos medios impresos... luego ya lucía desesperado, la cara roja y la boca gorda, no decía una palabra, comenzó a observarme con ambos ojos de manera muy odiada, putéandome, gritando mudo como si me quisiera romper algo... se le pasó la hora...
escupió y el viento se le llevó su salibazo.
Sólo me atinó a decir que Ana, quería bailar un tango con él, que esta -la cuarta vez-le concedió la pieza.

trozos de felicidad

porque hay tantas cosas que ya no recuerdo...

Intro

Porque la luz hay que dejarla al final de cada túnel, porque no existe uno sólo o talvez sí pero con varias estaciones que lucen -a la larga-, iguales.



Porque avanzamos sin mirar, sin fijarnos despacito, sin oír detenidos. Porque asistimos al espectáculo de las urnas, las vestiduras, los vientos, los sapos y las flores -vivas o marchitas-.



Porque es más fácil avanzar a regañadientes y con empujones en la espalda... porque nos damos cuenta de nuestra fortaleza cuando ya no podemos caminar, cuando la hemos perdido y recogemos años anteriores, e interiores, y volamos en los submundos de la imaginación -la propia y la ajena-.



Porque es más cruel para nosotros (mismos), recoger el brazo y atarlo a la cintura de otro que es tan o más complejo que nuestro reflejo... que el reflejo que vemos en sus ojos y en su vida... Cuando nos cuenta algo, por muchos años de diferencia que tengamos ambos, es como si nos leyeran el futuro. Ambos se dan cuenta de lo que hacen, pero sólo hay un día en el que lo reconocen a viva voz... y deciden...



... Que todo siga igual como si nunca lo hablaron, quererse por quienes son u odiarse más por reflejarse... ¿dejarán de buscarse en el relato de su reflejo?



Porque es más fácil morir con los ojos abiertos mientras se divaga por la ciudad, inundado de ideas holísticas, paradigmas y misterios del andar cotidiano, llenos de malabares para sonreír.



Y porque después de tanto probar, intentar elegir algo diferente, siempre volvemos al tipo de letra Georgia de 12 puntos...



Sí, llenos de malabares para sonreír.